Retales de Historia

Retales de Historia

viernes, 13 de diciembre de 2013

Rosemary

El pasado 22 de noviembre se cumplieron 50 años del asesinato del presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, quizás el magnicidio más conocido de toda la Historia. A lo largo de su vida y, sobre todo, desde su asesinato, ha sido abundante la literatura que ha generado tanto su figura como su entorno, descubriéndose sobre éste cosas que no habíamos imaginado de una familia tan perfecta. Por eso, hoy toca hablar del que quizás, de la que seguramente, fue el miembro más desdichado de la familia Kennedy, Rosemary.

Rosemary Kennedy en 1938.



Rose Marie Kennedy, Rosemary, nació el 13 de septiembre de 1918 en Boston. Fue el tercer descendiente que tuvieron Joseph Patrick Kennedy y Rose Elizabeth Fitzgerald, y su primera niña. Los dos hijos anteriores fueron Joseph y John. El parto tuvo lugar en el domicilio familiar pero el médico no llegaba y hubo complicaciones, como si el bebé no quisiera salir… Durante unos minutos el cerebro de la niña se quedó sin oxígeno y ello fue determinante para el resto de su vida al condicionar la inteligencia de Rosemary.


Rosemary y John.


Cuando se hizo mayor, y se vio que la niña era diferente se dijo que, realmente, no tenía retraso, pero su evolución al lado de la sus hermanos le hacía parecer retrasada. Tardó en dar sus primeros pasos y cuando aprendió a leer le costó más que a los otros Kennedy. En el colegio, su nivel estaba por detrás del que tenían sus compañeras, pero era capaz de asumir responsabilidades, como cuidar a niños pequeños. En sociedad, tenía buenos modales, pero le costaba mantener una conversación. Donde sí parecía una Kennedy era en los deportes, donde la natación era lo único en lo que superaba a sus hermanos. Ya sea por la falta de inteligencia o por la falta de aprecio que le demostraba su padre, Rosemary empezó a desarrollar mal carácter.

Las hermanas Kennedy en la Primera Comunión de Eunice (1929).

El deseo de Joseph de hacer carrera en la política (y su influencia en el partido demócrata, donde estaba considerado), le lleva a ser nombrado embajador de Estados Unidos en Londres, cargo que ocupa entre 1938 y 1940 (Joseph había hecho fortuna haciendo negocios en diferentes sectores, entre ellos inversiones en bolsa, construcción, el alcohol, producción de cine…). Es una buena época para Rosemary, que se encuentra a gusto en el Viejo Continente. Pero, el acercamiento de Joseph al partido nazi provoca su destitución y la vuelta de los Kennedy a Estados Unidos.

Rosemary y Eunice.

A Rosemary, que en este momento tiene 22 años, el regreso no le sienta bien, y empieza a tener accesos de violencia porque se da cuenta que no es tan inteligente como sus hermanos, aunque esa violencia también se atribuye a cambios hormonales. Empieza a escaparse del convento donde fue internada para ser educada. Se dice que tiene una sexualidad a la altura de sus hermanos varones, y el riesgo de una sorpresa que arruine la carrera política de sus hermanos mayores, hace que Joseph decida, unilateralmente, sin consultar siquiera a su mujer, a fin de cuentas la madre, que Rosemary sería lobotomizada.

Los Kennedy en el jardín de la embajada de Londres en 1939. De izquierda a derecha: Eunice, John, Rosemary, Jean, Joseph Sr., Edward, Rose, Joseph Jr., Patricia, Robert y Kathleen.

Cuando Joseph le cuenta a Rose qué le habían hecho a Rosemary, fueron expectantes al hospital a ver cómo estaba su hija después de la operación; iban con la ilusión del que presiente que se ha realizado un milagro. Pero la realidad los despertó: Rosemary no reconocía a sus padres y ellos a Rosemary tampoco. La hija de Joseph y Rose se volvió invisible para el mundo.

Por aquel entonces la lobotomía era una costumbre muy extendida entre familias pudientes cuando alguno de sus miembros no se ajustaba a los convencionalismos sociales. En su desesperación, Joseph se topó con dos neurocirujanos que le propusieron la lobotomía, lo más en cuestión de soluciones para problemas mentales. Walter Freeman y James Watts (así se llamaban estos dos individuos) son los responsables de reducir a Rosemary a la edad mental de 3 años. Parece que era costumbre hacer este tipo de intervenciones con el paciente despierto, aunque con anestesia local, claro está, y según va avanzando la intervención, los facultativos hacen preguntas al paciente para medir su nivel de coherencia y ver hasta dónde pueden agujerear. Porque es eso lo que ocurrió: Watts le realizó un corte en cada sien a Rosemary, para después hacer una incisión en los lóbulos prefrontales; Freeman hacía las preguntas… De pronto, le pide a Watts que se detenga. Lo que sigue es que Rosemary nunca más pudo desenvolverse por sí misma. Dejó de hablar, dejó de ser violenta, pero también dejó de ser Rosemary.

Rosemary en compañía de una enfermera en 1976.

Cuando la carrera de John empezó a subir, se inventaron historias pero jamás se reconoció abiertamente lo ocurrido. Se habló de Rosemary como “institutriz”, después Joseph dijo que su hija tenía retraso pero lo atribuyó a una enfermedad. Se inventaron muchas cosas, pero ninguna verdad. Pero todo termina sabiéndose, porque no se puede tapar el sol con un dedo: el 5 de octubre de 1975, en Chicago, Rosemary se pierde y dan la voz de alarma por la radio. Unas versiones dicen que se perdió a la salida de misa, a donde había acudido en compañía de su hermana Eunice; otras, que se había escapado del convento donde estaba recluida para no poner en evidencia a la familia. Peter Nolan, reportero de la CBS, se ha enterado de lo ocurrido y es el primero en verla. Ha visto a una mujer que responde a la descripción (pelo negro, ademanes inseguros, ropa llamativa) pero le habla y no le responde. Está claro que al día siguiente todo el mundo se entera de la vergüenza de los Kennedy.

En homenaje a Rosemary, su hermana Eunice creó los Juegos Olímpicos Especiales, con el fin de facilitar mejoras a los discapacitados mentales. Tennessee Williams, tenía una hermana, Rose (ya es casualidad), que también sufrió la suerte de Rosemary, y en ella se inspiró para escribir De repente, el último verano.

Tumba de Rosemary en el Cementerio de Holyhood en Brookline, Massachusetts.

Finalmente, después de 64 años condenada a la contemplación, Rosemary Kennedy murió el 7 de enero de 2005 en Nueva York.

Un apunte más. António Egas Moniz, considerado el padre de la lobotomía, recibió el Premio Nobel de Medicina en 1949. Se cubrió de gloria.


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