Retales de Historia

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sábado, 16 de noviembre de 2013

Canalejas

Eran las 3 de la mañana del 31 de julio de 1854 cuando, María del Amparo Méndez Romero, dio a luz en Ferrol un niño. El padre, director de un periódico, se llamaba José Canalejas y Casas: había nacido una mente privilegiada y un adelantado a su tiempo, José Canalejas. 
Canalejas.

Estudió el Bachillerato en el Instituto San Isidro de Madrid. Posteriormente, hizo Derecho y Filosofía en la Universidad Central de Madrid, y para 1872 ya era doctor en ambas disciplinas. Dedicó varios años a la enseñanza de la literatura en la Universidad pero no llegó a obtener ninguna cátedra, lo que le empujó a dejar la enseñanza para trabajar en la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Ciudad Real y a Badajoz, dirigida por su padre, que además de andar con la prensa era ingeniero de ferrocarriles. En esta empresa, José ejerce de abogado.
Cristino Martos.

Manuel Ruiz Zorrilla.

Le gusta la política y simpatiza con las ideas republicanas, entrando en el Partido Liberal de Cristino Martos. Posteriormente, en 1880, se afilia al Partido Progresista Democrático, encabezado por Manuel Ruiz Zorrilla, y en agosto de 1881 es elegido diputado por Soria.
La regente María Cristina.

Práxedes Mateo Sagasta.

Durante la Regencia de María Cristina (1885-1902), Canalejas entra en el Partido Liberal, ahora encabezado por Sagasta. A partir de este momento ejerce varias carteras ministeriales: Fomento (de junio a diciembre de 1888), de Gracia y Justicia (diciembre de 1888 a enero de 1890), Hacienda (de diciembre de 1894 a marzo de 1895), y Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas (de marzo a mayo de 1902). Ésta última cartera la ocupó durante los últimos meses de la Regencia y primeros días del reinado de Alfonso XIII.
Alfonso XIII y Canalejas.

Segismundo Moret.

Sagasta muere en 1903, y Segismundo Moret forma su primer Gabinete, que transcurre entre diciembre de 1905 y julio de 1906. Durante este período, Canalejas será elegido Presidente del Consejo en las Cortes (Presidente del Congreso de los Diputados), cargo que ocupará entre el 19 de enero de 1906 y el 30 de marzo de 1907. Es una época de luchas dentro de los partidos, lo que le lleva a liderar el Partido Liberal en 1907, barriendo a Segismundo Moret. Esta circunstancia, unida a la Semana Trágica de Barcelona (1909), que fulmina políticamente al gobierno del conservador Maura, favorece el regreso del Partido Liberal al poder: José Canalejas es nombrado Presidente del Consejo de Ministros el 9 de febrero de 1910.
Antonio Maura.

Enric Prat de la Riba.

Canalejas no cesa de hacer cosas: la Ley del Candado (1910), que separa los asuntos de la Iglesia de los del Estado. Se preocupa por limitar la jornada de trabajo y de que se redacten contratos de trabajo para los empleados. El servicio militar se hace obligatorio, abolido el impuesto de consumos, se elabora una nueva ley de enseñanza… También dio la opción de poder elegir entre prometer o jurar en la toma de posesión de los cargos públicos. Fantástico orador, Canalejas se adhirió al Regeneracionismo, luchó contra el caciquismo y el fraude electoral.
En 1911, los movimientos de las tropas francesas durante la guerra de Marruecos, empujan a Canalejas a ordenar la intervención española en Alcazarquivir, Arcila y Larache, siendo estos acontecimientos el germen de las conversaciones que darán lugar al Protectorado de Marruecos. Y para dar respuesta al nacionalismo catalán, elabora conjuntamente con Enric Prat de la Riba, un plan de mancomunidades, siendo aprobado por el Congreso de los Diputados en julio de 1912. Aún tuvo tiempo de hacer frente a una huelga de ferrocarriles…
12 de noviembre de 1912, 11:25 de la mañana. José Canalejas se dirige al Ministerio de la Gobernación (actualmente el edificio lo ocupa la Comunidad de Madrid) donde tenía convocado un Consejo de Ministros. Había despachado con el rey, Alfonso XIII. Al llegar a la Puerta del Sol se detuvo a mirar los libros del escaparate de la librería San Martín, situada en la esquina de Sol con Carretas. En ese momento, el Presidente del Consejo de Ministros iba acompañado de tres escoltas: dos se habían quedado atrás, el otro ya había llegado hasta la puerta del Ministerio para asegurarse de que no había nada preocupante. De pronto, un hombre bien arreglado y cubierto con una gabardina, surge de un grupo de personas, se acerca con rapidez al Presidente del Consejo, apoyó la mano en su hombro  y descarga tres balazos de su browning en la cabeza de Canalejas, que muere en el acto.
Canalejas yace muerto en la Puerta del Sol.

El individuo quiere escapar entre los coches, pero uno de los escoltas y un hombre que pasaba por ahí lo reducen. Acorralado, termina de descargar su arma en sí mismo. No muere al instante, situación que se aprovecha para llevarle a la Casa de Socorro de la Plaza Mayor, pero ya no se consigue hacer nada por él.
Manuel Pardiñas.

A partir de la documentación que llevaba encima aquel individuo, y la posterior investigación, se sabe que se llamaba Manuel Pardiñas Serrano, y era de El Grado (Huesca). Había nacido el 1 de enero de 1886 y en ese momento tenía 26 años de edad. Había trabajado en las obras del Hotel Palace de Madrid, y era un peligroso anarquista al que se le había perdido la pista hacía muy poco tiempo. Entre su “selecto” grupo de amigos estaba Mateo Morral, autor del atentado que tuvo lugar el día de la boda de Alfonso XIII, en 1906. Naturalmente, se ha especulado mucho con las circunstancias del crimen. Testigos presenciales afirmaron haber visto a Pardiñas hablando con otra persona un rato antes, lo que dio pie a pensar que no actuó solo. De hecho, hubo quien dijo que sus viajes a América no estaban a su alcance y que había alguien más detrás, alguien que le financiaba.


Capilla ardiente de Canalejas.

En un periódico de tirada nacional se recibió información sobre lo que parecía haber sido un complot para cometer el crimen. Incluso trascendió que dos semanas antes del atentado Canalejas recibió un anónimo previniéndole de los riesgos que corría. Tampoco se puede afirmar que era algo esperado; al parecer, Canalejas apoyó la inocencia de Francisco Ferrer i Guardia (aunque este extremo no lo he podido confirmar con información suficientemente precisa). Se quería desestabilizar el trono de Alfonso XIII tumbando al que muchos consideraban su principal apoyo.


Detalle de la tumba de Canalejas.

Volviendo a Canalejas. Su cadáver es llevado al Salón Principal del Ministerio, donde los médicos que le atienden sólo pueden certificar su muerte. La noticia de la desgracia se extendió a toda velocidad por todo el mundo. Ríos de gente acudieron a la capilla ardiente, posteriormente instalada en el Congreso. Por decisión del rey, Alfonso XIII, José Canalejas es enterrado en el Panteón de Hombres Ilustres del Santuario de Nuestra Señora de Atocha.



El mismo año del atentado que termina con la vida de José Canalejas se realiza un cortometraje, Asesinato y entierro de don José Canalejas, de Enrique Blanco y Adelardo Fernández Arias. Supone la primera intervención cinematográfica del actor José Isbert (que en ese momento tenía 26 años), en el papel de Pardiñas: curiosa forma de empezar su carrera el que luego sería el abuelo de La Gran Familia.
Canalejas retratado por Sorolla en 1906.

lunes, 4 de noviembre de 2013

El atentado del Liceu de Barcelona

En las postrimerías del XIX, Barcelona, símbolo del desarrollo industrial español, sufrió reiteradas veces las expresiones de la propaganda anarquista en forma de atentado, lo que le valió el sobrenombre de “la Rosa de Fuego”.

Liceu de Barcelona en el siglo XIX.

El 7 de noviembre de 1893, lo más selecto de la burguesía catalana se había dado cita en el Teatro Liceu de Barcelona que estrenaba en su escenario Guillermo Tell, de Antonio Rossini, aunque también habían acudido a la representación personas de diferentes clases sociales.

Santiago Salvador Franch.

Santiago Salvador Franch, que así se llamaba cierto individuo, consiguió entrar en el Liceu con dos bombas Orsini que disimuló gracias a llevar ropa holgada, del estilo de la que llevaban los obreros de la época. Nadie se percató de que algo no iba bien. La intención de Salvador Franch era vengar la muerte de Paulino Pallàs, ejecutado por haber intentado asesinar al general Martínez Campos, Gobernador Militar de Cataluña, durante un desfile militar dos meses atrás.

Bomba Orsini.

Durante el primer descanso, cuando sonaba el dueto del segundo acto, a eso de la diez y cuarto de la noche, aquel hombre lanzó desde el pasillo de la galería del quinto piso del teatro una de las dos bombas que llevaba. La bomba cayó en la fila 13, matando a veintidós personas y dejando treinta y cinco heridos (otras fuentes dicen que fueron la mitad de heridos). El humo y ruido que provocó la explosión impidió que la gente presente en el lugar se diera cuenta de que Santiago Salvador estaba tirando otra bomba. Ésta no llegó a estallar porque cayó encima de una de las mujeres víctimas de la explosión, y esta casualidad amortiguó los pistones el explosivo, evitando que la masacre alcanzara mayores proporciones.

Le Petit Journal informando del atentado.

El público que sobrevivió a la explosión era presa del pánico; la destrucción fue terrible. Las butacas se convirtieron en estacas, los objetos personales de los asistentes al espectáculo se mezclaban con los escombros, los elegantes ropajes del público perdieron su esplendor.

Interior del Liceu inmediatamente después del atentado.

La noticia del atentado se extendió con toda la velocidad posible. Enseguida llegaron médicos cuya presencia sirvió de poco a varias personas que aún estaban sentadas en la platea, dado que algunas ya estaban fallecidas. Otras víctimas murieron camino de los hospitales, otras sólo pudieron recibir los rezos de los sacerdotes.

Puerta del Liceu con el público huyendo.

Santiago Salvador consiguió escapar del lugar del crimen, y al llegar a su casa le contó a su esposa lo ocurrido. No sabemos cómo reaccionó la mujer, Antonia Colom, pero el criminal tardó en ser localizado al haberse marchado a su pueblo, en Teruel. En su afán por dar con el asesino, fueron arrestados una gran número de personas entre los cuales, irónicamente, se encontraba un destacado anarquista conocido por su condena del uso de la violencia, José Llunás, director del diario La Tramontana. Naturalmente, hubo numerosas declaraciones de rechazo al atentado. El día 10 se enterró a las víctimas mortales, que fueron acompañadas por una multitud al cementerio en un día lluvioso.

José Llunás.

Las consecuencias del atentado, perpetrado como respuesta a la ejecución del anarquista Pallàs, fueron que los negocios dedicados al recreo de las clases con posibles se resintieron, pues eran objetivo preferido del terrorismo anarquista, y el miedo les tenía encerrados en sus casas. Se suspendieron libertades civiles, declarándose la ley marcial en Barcelona. Los empleados del Liceu se quedaron en el paro debido al cierre del establecimiento.

Bomba Orsini en una figura en la Sagrada Familia de Barcelona.

Finalmente, Santiago Salvador fue arrestado el 1 de enero de 1894 en Zaragoza. Se pegó un tiro, pero toda su habilidad para matar gente con él se volvió inútil. Había nacido en Castellserás (Teruel) en 1862 y es ejecutado mediante garrote vil el 21 de noviembre de 1894 (un año después de la masacre) en una plaza pública de Barcelona. Lejos de salirse con la suya, Santiago Salvador consiguió lo contrario a lo que perseguía, que el ataque fuera la excusa perfecta para el aumento de la represión y la persecución del pensamiento anarquista.