Retales de Historia

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viernes, 7 de enero de 2011

Henry Ford y la cadena de montaje


Una cadena de montaje es un mecanismo de producción en el que cada operario de ese mecanismo realiza una función específica sobre un producto. Después, el producto pasa a otro operario y así sucesivamente, hasta que el producto ha pasado por todos los operarios de ese mecanismo y resulta terminado. Así, reduciendo los tiempos parciales, se reducen los totales, los costes de producción y con ello se aumentan los beneficios. Esta forma de trabajar se utilizó en la construcción del Ford T, diseñado por Henry Ford, fundador de una de las empresas automovilísticas más importantes del mundo.

Henry Ford. Fotografía tomada de la web buscada con Google


Ford era originario de Greenfield Township, Dearborn, en el estado de Michigan, donde nació el 30 de julio de 1863, durante la guerra civil estadounidense. Era de una familia de campo. Su padre tenía la esperanza de que se ocupara de la granja familiar, pero Henry tenía otros sueños, y a los 16 años de edad emigró a Detroit, donde empezó a trabajar como aprendiz de mecánico, mostrando mucha habilidad en ello. En 1896 hace su primer “coche”: juntó dos bicicletas a un motor, lo llamó cuadriciclo.

Se dedicó a las carreras para hacer dinero: lo consiguió y el 16 de junio de 1903 funda la Ford Motor Company, aunque no fue el único inversor. Diez años más tarde, a Ford se le ocurrió introducir la cadena de montaje en la fábrica; no fue el primero en utilizarla, pero la perfeccionó y contribuyó a la generalización de su uso. Montó la cadena con correas de transmisión de manera que las cintas acercaban las piezas a los trabajadores, que así no tenían que perder tiempo desplazándose a diferentes lugares.

Cadena de montaje Ford. Fotografía tomada de la web buscada con Google


Aumentó la productividad, pero también la monotonía, y entonces podía bajar otra vez la producción. Para solucionar esto, Henry Ford subió el sueldo a sus trabajadores mayores de 22 años y con más de 6 meses en la empresa, pagándoles 5 dólares al día, el doble que en otras empresas. Pero no se lo pagaban a cualquiera: varios investigadores se encargaban de saber quién tenía una vida sin vicios.

Entre 1937 y 1941, la Ford Motor Company no admitía la participación de los sindicatos como representantes de los trabajadores. Las crisis hicieron que empeorasen las condiciones de trabajo de los empleados con el fin de aumentar la producción: a Ford se le ocurrió que se podía acelerar la velocidad de las cintas transportadoras de la cadena de montaje; aquello debió ser de locura, igual que Chaplin en Tiempos Modernos. Y los sindicatos no podían hacer nada porque estaban prohibidos en la compañía. En 1941, toda la planta de River Rouge, en Michigan, se puso en huelga: este hecho, su mujer que le dio un toque y los jueces convencieron a Henry Ford de la conveniencia de la presencia sindical en sus empresas.

Ford no se dedicó solo a la construcción de coches: también hizo aviones. En 1925 compró la Stout Metal Airplane Company; su avión de mayor éxito fue el Ford Trimotor, con capacidad para doce pasajeros. La compañía tuvo que cerrar por la Gran Depresión de 1929.

Ford Trimotor. Fotografía tomada de la web buscada con Google


Fue contemporáneo de dos Guerras Mundiales. En 1915 viajó a Europa en barco, acompañado de un grupo de pacifistas, pensando que este gesto serviría para detener la guerra: pasaron de él. Este pacifismo no impidió que fabricara motores Liberty para aviones durante la Primera Guerra Mundial, y en la Segunda Guerra fabricara tanques y el bombardero B-24, que para algo era el tercer proveedor de la Defensa norteamericana.

También fue escritor, lo que le trajo no pocos problemas. En 1920, el diario The Dearborn Independent, del que era editor, publicó El judío internacional, fuente de inspiración de la ideología nazi. Con el tiempo, Ford terminó cerrando el periódico, pero ello no impidió que recibiera del mismísimo Hitler la Gran Cruz del Águila Alemana. Ford y Hitler se profesaban admiración mutua, de hecho, Ford pensó en el Ford T como un coche que llegara a todo el mundo: Hitler pensó en Volkswagen de la misma manera, por algo era el coche del pueblo. Pero el dólar es el dólar: le construyó a Stalin una planta en la actual Baja Novgorod.

Henry Ford también tuvo sufrimientos. Su hijo Edsel, que colaboró con él codo con codo, murió de cáncer de estómago en 1943 cuando sólo tenía 50 años. Edsel tenía un hijo, Henry Ford II, de 26 años. Su abuelo había pensado en un socio para que se hiciera cargo de la empresa, pero la viuda de Edsel presionó para que el nieto ocupara el puesto que quedaba vacante, cosa que consiguió en 1945.

Ford T. Fotografía tomada de la web buscada con Google


Henry Ford, uno de los hombres más ricos del mundo gracias al Ford T, murió el 7 de abril de 1947 en Fair Lane, DearBorn, Michigan. Se cree que en ese momento tenía casi 700 millones de dólares.

2 comentarios:

  1. Sinceramente, que te admire Adolf Hitler no creo que diga nada demasiado bueno de tí. Seguramente cuando murió, como reza el dicho popular, consiguió ser "el más rico del cementerio".

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  2. A veces los "grandes hombres" sólo lo son en ciertos aspectos. Otras facetas de su personalidad o de sus actos pueden llegar a ser deleznables cuanto menos.

    Saludos desde el sur.

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