Retales de Historia

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lunes, 25 de julio de 2016

Carrington

Hoy vamos a hablar de una mujer transgresora. Aunque sin llegar a formar parte del Grupo de Bloomsbury, fue muy cercana a él, llegando a marcar más diferencia con el resto del mundo que ellos mismos. Se trata de la pintora y decoradora Carrington.

Dora Carrington

Dora de Houghton Carrington nació el 29 de marzo de 1893 en Hereford (Inglaterra), durante el mandato de la reina Victoria. Sus padres eran Samuel Carrington y Charlotte Houghton. Adoraba a su padre, no así a su madre, a quien no tenía mucho aprecio por su estrechez de mente.

Realizó sus estudios secundarios en Bedford. Su familia apoyó su talento por el dibujo pagándole clases privadas. Esta formación se vio recompensada cuando Dora fue becada para estudiar en la Slade School of Art, situada en Londres. Ahí estará hasta 1914 y, a decir verdad, es que tiene mucho éxito entre sus compañeros masculinos. Su paso por este centro marca el inicio de una época en la que, al no gustarle "eso" de Dora, se hará llamar solamente Carrington.

Mark Gertler

Pero, como suele ocurrir cuando la vida tiene un punto de escándalo, aunque Carrington tenía un talento desbordante, todo lo que hizo se vio eclipsado por lo llamativo que resultó ser su vida privada. Tuvo romances con gente próxima o perteneciente al Grupo de Bloomsbury: el pintor Mark Gertler, quien le acercó al grupo, el escritor Gerald Brenan y Henrietta Bingham, hija de un embajador. Hasta que, un día de 1915, Carrington se encontró con otro miembro del grupo: Lytton Strachey, escritor y homosexual, pero el amor de su vida.

Gerald Brenan

Tres años más tarde, Carrington conoce a un amigo de su hermano Noel, el mayor Ralph Partridge, que luchó en la Primera Guerra Mundial. Contraen matrimonio en 1924. No debería sorprendernos si decimos que la nueva pareja se llevaron a vivir con ellos a Strachey, que estaba enamorado de Ralph. Carrington nunca usó el apellido de su marido. Parte de la rutina de la rutina de Carrington consistía en pintar mientras Strachey le enseñaba literatura, y cuando Lytton viajaba, enviaba innumerables cartas a su amada-pupila-hija.

Lytton Strachey, por Carrington (1916). National Gallery

En 1931 Strachey es diagnosticado de cáncer de estómago. Cuando Carrington se entera de la imposibilidad de salvarse de su amado, intenta suicidarse con el monóxido de carbono que desprende su coche, pero su marido lo evita a tiempo. Strachey murió el 21 de enero de 1932, pero Partridge ya no pudo evitar el declive definitivo de Carrington, que se pega un tiro, muriendo en Newbury el 11 de marzo de 1932, a la edad de 38 años.

Como le pasó a muchos otros artistas, el reconocimiento a su obra fue póstumo, aunque quizás ello se debió en parte a ella misma, ya que no solía firmar sus obras y tampoco exponía. Trabajó sobre muebles, tejados y vajillas. Pintó paisajes, retratos y fue decoradora de casas, su principal fuente de ingresos. Sus principales modelos fueron personas próximas al Grupo de Bloomsbury, especialmente su amado Lytton.

De izquierda a derecha, Dora Carrington, Saxon Arnold Sidney-Partner, Ralph Partridge y Lytton Strachey

Hace ilustraciones para la editorial de los Woolf, y la casa en la que vivió con Partridge y Strachey la decoró con frescos. Carrington prefería regalar su trabajo a venderlo, por eso no hizo demasiado dinero, cosa que se vio compensada por un patrimonio que le dejó Lytton a su muerte. Carrington fue redescubierta en los años 70, cuando son publicados sus diarios y parte de la correspondencia que mantuvo con otros artistas y escritores.

Dora Carrington, autorretrato

Si bien Carrington hacía un arte poco innovador, no podía decirse lo mismo de su apariencia, muy poco habitual en una mujer de su época. Llevó un corte de pelo que se consideraba varonil (espantoso, al menos), lo que no impidió, como dijimos antes, gustarle mucho a los hombres. Esto llamó la atención a pesar de ser una época, el periodo de entreguerras, que empujaba a la gente a vivir como si nunca más fuera a pasar nada malo en sus vidas.