Retales de Historia

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domingo, 10 de julio de 2011

Rudyard Kipling

Fue el “padre” de Manuel, de Kim y de Mowgli. Y también el escritor del Imperio, el más ardiente defensor de la hegemonía británica en el mundo: estoy hablando de Rudyard Kipling.

Rudyard Kipling. Fotografía tomada de la web buscada con Google


Joseph Rudyard Kipling nació el 30 de diciembre de 1865 en Bombay (India). Eran los tiempos de Victoria de Kent, que había nacido en 1819, y fue reina de Inglaterra desde 1837, y emperatriz de la India desde 1877.

Victoria de Inglaterra. Fotografía tomada de la web buscada con Google


La de Kipling era una familia bien situada: su padre era un cargo importante en Lahore y eso permitió que el joven Rudyard fuera criado con ayas hindúes, ayas que jugaron un papel muy importante en su vida, pues fueron las que le introdujeron en una cultura que le tendría fascinado toda la vida. Pero sus padres le envían a estudiar a Inglaterra cuando sólo tenía seis años: aquello fue una experiencia de la que no guardó buen recuerdo.

Regresa a la Inda en 1882, y empieza a trabajar para un periódico local de Lahore, donde también es iniciado en la masonería a los veinte años. Y empieza a escribir historias y a recopilar leyendas populares. Entre 1886 y 1887, Kiplig publica dos libros: Cancioncillas del departamento, sátira en verso sobre la vida militar en la India, y Cuentos de las colinas, una recopilación de sus relatos para la prensa.

Caroline Balestier. Fotografía tomada de la web buscada con Google


Viaja mucho, lo que hace que conozca a su futura mujer en Estados Unidos. Caroline Balestier y Rudyard Kipling se casan en 1892 y tuvieron tres hijos: Josephine, que murió de pulmonía a los siete años; Elsie, casada con un capitán del ejército irlandés y único hijo que les sobrevive; y John, muerto en combate a los dieciocho años, durante la Primera Guerra Mundial.

Primera edición de El libro de la selva (1894). Fotografía tomada de la web buscada con Google


En 1894 se publica la primera entrega de El libro de la selva, y en 1895 la segunda entrega. De esta historia la Disney haría una versión en dibujos animados en 1967. Luego vendrían más adaptaciones cinematográficas. Capitanes intrépidos, escrita en 1897, de la que Victor Fleming haría una versión en 1937, una año después de morir Kipling, y que contaba entre su reparto con Spencer Tracy, Freddie Bartholomew y Mickey Rooney. Y El hombre que pudo reinar, publicada en 1888, de la que John Huston hizo una versión en 1975, con Christopher Plummer en el papel de Kipling.

Christopher Plummer caracterizado como Kipling. Fotografía tomada de la web buscada con Google


En 1899 regresa al Reino Unido y, en 1903 se establece en Inglaterra definitivamente. En 1901 había escrito Kim de la India, novela picaresca sobre la vida en la India.

Kipling viaja, y viaja mucho. Ve mundo y ve lo que es el Imperio Británico, no olvidemos que son los tiempos de la reina Victoria, y piensa (y dice en voz alta) que la nación que está preparada para gobernar tiene la obligación de hacerlo, es el caso de Inglaterra. Inglaterra es la civilización. Al hilo de este pensamiento publica en 1899 La carga del hombre blanco. Y es que no debía ser fácil sustraerse a la fascinación que ejercía en ese momento el poder que desprendía el Imperio Británico. Al mismo tiempo, como hombre de mundo que era, conocía de la conducta de las personas y de los procesos políticos y militares. Ello le llevó a darse cuenta del peligro que se acercaba, la Gran Guerra (en la que perdió a su hijo John), pero no fue escuchado, y su advertencia sólo se tomó como una parte de su -quizás- excesivo patriotismo.


En 1907, y después de rechazar otros reconocimientos no poco importantes (como el título de Sir de la Orden del Imperio Británico), se convierte en el primer británico que recibe el Premio Nobel de Literatura. Pero pasan los años y su ánimo va en declive por las críticas recibidas por su pensamiento y por su dolor al no conseguir superar la pérdida de sus hijos, Josephine y John, muertos prematuramente.
John Kipling. Fotografía tomada de la web buscada con Google


A John dedicó el poema If… (Si…), reflejo de los valores perdidos de la era victoriana. Falleció el 18 de enero de 1936 en Londres. Después de su muerte, aún se publicó Algo de mí mismo (1937). Fue enterrado en la Abadía de Westminster, cerca de los reyes del Imperio al que tanto admiró.