Retales de Historia

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domingo, 27 de marzo de 2011

La escala de Richter

El 11 de marzo de 2011 tuvo lugar en Japón el quinto mayor seísmo desde que se registran. La energía que se liberó equivale a 10.000 veces la bomba atómica de Hiroshima, y provocó un tsunami que remató la destrucción. Además, se ha desplazado el eje de la Tierra 10 cms., se ha movido la isla 2,4 metros… En resumidas cuentas, Japón vive su peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial. Los sismólogos han situado la magnitud del terremoto en 9 en la escala de Richter.

Charles Francis Richter. Fotografía tomada de la web buscada con Google


Pero, ¿qué es eso de la escala de Richter? Se trata de una escala para medir los terremotos que fue ideada entre Charles Francis Richter y Beno Gutenberg, cuando ambos coincidieron en el Laboratorio de Sismología de Pasadena (California) en 1935. Hasta ese momento, la forma de medir la intensidad de los movimientos sísmicos era la escala desarrollada por Giuseppe Mercalli en 1902, donde se clasifican los terremotos del 1 al 12 según la resistencia de los edificios al movimiento de la tierra, y sólo se podían medir en el lugar donde se producían.

Beno Gutenberg. Fotografía tomada de la web buscada con Google


La escala de Richter (que bien podría llamarse de Richter-Gutenberg) va de 0 a 9, y tiene la ventaja de poder medir la magnitud del seísmo desde su epicentro (punto de la superficie terrestre donde las vibraciones ejercen mayor destrucción) pudiéndose conocer la energía liberada en el hipocentro o foco, que es donde empieza la ruptura de las rocas. La escala es logarítmica, esto es, en un punto concreto de la misma la intensidad es 10 veces mayor que en un punto anterior, 100 veces mayor que el anterior del anterior, etc. Lo malo es que las mediciones que se registran no aclaran cuáles son las características del origen de las vibraciones. A continuación, una pequeña lista con las diferentes magnitudes de la escala y sus correspondientes efectos producidos según la intensidad del seísmo:
  • Magnitud 2,0. No se nota.
  • Magnitud 2,0 – 2,9. No suele notarse.
  • Magnitud 3,0 – 3,9. Se suelen notar, pero casi no hay daños.
  • Magnitud 4,0 – 4,9. Se produce ruido por el movimiento de objetos. Éste ya se nota un poco más, pero tampoco hay casi daños.
  • Magnitud 5,0 – 5,9. Puede afectar a edificios de materiales pobres.
  • Magnitud 6,0 – 6,9. Nocivos en zonas con población, tienen un perímetro de 160 kilómetros.
  • Magnitud 7,0 – 7,9. Se amplía la zona de posible destrucción.
  • Magnitud 8,0 – 8,9. Las zonas afectadas alcanzan cientos de kilómetros.
  • Magnitud 9,0 – 9,9. Las zonas afectadas alcanzan miles de kilómetros.
  • Magnitud 10,0 ó más. Destrucción total.

Las trazos de mayor intensidad registran un terremoto en el momento de producirse. Fotografía tomada de la web buscada con Google


Para registrar los temblores de tierra, se emplea un aparato llamado sismógrafo. Es algo así como un cilindro con papel donde una aguja va garabateando las vibraciones que se están registrando. Su invención se atribuye a John Milne.

Sismógrafo moderno. Fotografía tomada de la web buscada con Google


Desde luego, la colaboración Richter-Gutenberg no se quedó en la célebre escala, publicando numerosos estudios sobre el tema: On seismic Waves (1936), Sismicidad de la Tierra (y los fenómenos asociados) (1954), Magnitud de un terremoto, intensidad, energía y aceleración (1956) son algunos de los títulos que reflejan su fecunda colaboración.

En la imagen se aprecian dos agujas de sismógrafo. Fotografía tomada de la web buscada con Google


Richter estuvo involucrado en asuntos relacionados con la seguridad durante los terremotos, y desde luego, se pasó la vida estudiándolos. Y también era conocido por… ¡defender el nudismo! (esto sí que es una sorpresa). De Gutenberg no he podido encontrar nada exótico: también se pasó la vida estudiando y cuando trabajó con Richter, ya había calculado la profundidad del núcleo de la Tierra.

Sismógrafo chino. Fotografía tomada de la web buscada con Google


Richter había nacido en Hamilton (Ohio) en abril de 1900, y Gutenberg en Darmstadt en junio de 1889. Ambos murieron en Pasadena, después de una larga vida consagrada al estudio de los temblores de la Tierra, dejando abierta la posibilidad de prevenir tanta destrucción.