La noche del 24 al 25 de diciembre de 1914 se produjo
un excepcional acontecimiento en diferentes puntos del frente occidental, algo
que pudo suponer un punto de inflexión en aquella espantosa guerra, pero que quedó
solo en quimera. Estamos hablando de la Tregua de Navidad de 1914.
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| Guillermo II Fotografiado por T. H. Voigt, c. 1902 |
Lo cierto es que, para el tiempo que ha pasado desde
entonces, 111 años, no se conoce demasiado bien. Y es que, en su momento,
cuando ocurrió aquello, los mandos más altos de los ejércitos combatientes
hicieron lo posible para que no se conociera el suceso, con el fin de que no
cundiera el “mal ejemplo”: se confiscó material fotográfico y correspondencia
que los soldados enviaban a sus familias y amigos. En aquellos días, los
soldados que escribían desde el frente empleaban el correo militar para hacer
llegar sus cartas a sus seres queridos. Muchos soldados ya se habían dado
cuenta que no iban a estar de vuelta en sus casas para Navidad y se desahogaban
en las cartas que enviaban, pero había gente encargada de leer esas misivas
antes de que llegaran a su destino. Poco importaba la privacidad de los
soldados: lo que se buscaba era dejar a la población en la ignorancia más
absoluta para que no se desmoralizara, para que siguiera apoyando ciegamente
una guerra que no estaba siendo como se la habían pintado. Tampoco querían que
nadie se enterase de otras cosas y que la población se contagiase con el
espíritu de aquel acto insensato. ¿Dónde se ha visto que se confraternice con
el enemigo? Sin embargo, algo se filtró, algo llegó a las familias y a la
prensa, y aquello se conoció lo suficiente para saber que algo extraordinario
había ocurrido: un alto el fuego entre tropas alemanas y tropas aliadas
(ingleses, franceses y escoceses) en diferentes puntos del frente occidental
entre los días 24 y 25 de diciembre de 1914 (parece que en algunos sitios duró
más). Y ocurrió de forma espontánea, pero con el ansia de escapar por unos
momentos de aquel infierno. También hubo tregua en el frente oriental, aunque
fue menos conocida.
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| Soldados alemanes en la trinchera con un árbol de Navidad. Foto acreditada a Gebrüder Haeckel |
Con el fin de animar a sus tropas en fechas tan
especiales, el káiser Guillermo II había dado orden de enviar a sus tropas
extras de pan, salchichas, alcohol y árboles de Navidad. En algún momento,
parece que los alemanes se dejaron llevar por el espíritu navideño y pusieron
los árboles en lo alto de sus trincheras cuando llegó la noche del 24, pudiendo
verse un árbol cada pocos metros. Lo del árbol también pudo ser una indirecta
del káiser dirigida a los Aliados para recordarles el origen germano del árbol
de Navidad. En cualquier caso, el desconcierto de las tropas aliadas en ese
momento seguro que fue indescriptible.
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| La fotografía recrea un momento de la Tregua. Imagen procedente de la película Joyeux Noël, de Christian Caron |
De pronto, unos soldados se pusieron a cantar temas
tradicionales de su pueblo, poco a poco se animaron los del otro bando. Las
tropas de ambos lados perdieron el miedo a salir a tierra de nadie y
confraternizar y, después de unos cuantos apretones de manos, se intercambiaron
cigarrillos, vino, salchichas, latas de carne, chocolate, whisky…, los tesoros
que cualquier soldado podía llevar en su mochila.
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| Ilustración publicada en The Illustrated London News el 9 de enero de 1915. Se trata de soldados británicos y alemanes intercambiando sombreros |
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| Oficiales británicos y alemanes juntos el 25 de diciembre de 1914 en el Frente Occidental. Mirrorpix |
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| Ingleses y alemanes jugando un partido de fútbol. History Archive |
Entre los oficiales presentes se acordó un alto el
fuego, aunque fuera sólo para el 24 y el 25. La Tregua también se aprovechó
para enterrar a los difuntos de ambos bandos que habían caído en tierra de
nadie o detrás de las líneas enemigas. Se oficiaron misas a las que
acudieron soldados de uno y otro lado. Incluso en algunos sitios se jugaron
partidos de fútbol, de ajedrez o a las cartas. ¡No faltó quien se puso a hacer
de peluquero!
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| Portada del Daily Mirror del día 6 de enero de 1915 informando del acontecimiento |
Desgraciadamente, el único acto de sentido común del
conflicto no duró demasiado: en cuanto los altos mandos se enteraron de lo que
estaba ocurriendo dieron orden de que se volviera al “orden” habitual. Pero
semejante acontecimiento perduró en la memoria de aquellos que la vivieron, y
dejaron testimonio a las generaciones posteriores de que, cuando se quiere, la
guerra se puede evitar.
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| Christian Carion |
Un ejemplo muy ilustrativo es la película Joyeux
Noël (2005) de Christian Carion. En España se estrenó el 2 de diciembre de
ese mismo año. La cinta, de 1h 56 min, es una coproducción entre Francia,
Alemania, Bélgica y Rumanía. La música corre a cargo de Phillippe Rombi. Con un
reparto formado por Daniel Brühl en el papel del oficial alemán Horstmayer,
Guillaume Canet en el papel del teniente francés Audebert, Diane Kruger como la
cantante danesa Anna Sörensen, Benno Fürmann como el cantante alemán Nikolaus Sprink
y Gary Lewis como el sacerdote escocés Palmer, Christian Carion se las arregla
para recrear las lagunas ocasionadas por el silencio oficial, con una historia
que entrelaza las vidas de personas de diferente procedencia y que, por un
motivo u otro, se ven empujadas a vivir una situación que ellos mismos, quizás,
no perciban como un momento histórico, y que a los espectadores ya no nos
permitirá ver la guerra igual que antes. Cierto es que en algunos momentos
Feliz Navidad puede parecer algo empalagosa e irreal, pero ¿acaso no lo sería
una circunstancia en la que los soldados dejan de matarse para estrecharse la
mano?
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| De izquierda a derecha: Daniel Brühl, Benno Fürmann, Diane Kruger, Guillaume Canet y Gary Lewis, protagonistas de Joyeux Noël. Fotografía de Walter Vande Ende |
Otro que también trató el tema de la Tregua fue Paul
McCartney en su The Pipes of Peace (1983). Esta canción está inspirada
en una escultura formada por dos soldados estrechándose la mano y se encuentra
en los jardines que rodean la St. Luke ‘s Church, también conocida como la iglesia
bombardeada, en Liverpool.
Volviendo a la realidad. Se sabe que se tomaron
medidas disciplinarias, que no se airearon mucho, precisamente para que no se
supiera más de lo ocurrido. A unos se les envió a frentes más violentos, a
otros se les negaron permisos. Pero nada pudo evitar un momento, aunque fuera
breve, de paz. Feliz Navidad.
Bibliografía recomendada
Amez, Benoît. Dans les tranchées: les écrits non
publiés des combattants belges de la Première Guerre Mundial. EPU (Éditions
Publibook Université). Paris. 2009.
Aron, R. Paz y guerra entre las Naciones.
Alianza Universidad. 1985. Madrid.
Artola, Ricardo. La Primera Guerra Mundial.
Alianza Editorial. Madrid. 2019.
Barthas, Louis. Les carnets de guerre de Louis
Barthas, tonnelier, 1914-1918. Prólogo de Rémy Cazals. La Découverte.
Paris. 1997.
Doyle, Arthur Conan. The British Campaign in France and Flanders. Vol. I (1914). Hodder & Stoughton. London. 1916.
Ferro, Marc (ed.).
Frères de tranchées. Perrin, s.l. 2005.
French, John. 1914.
Constable and Company Ltd. London. 1919.
Gilbert, Martin. Atlas de la Primera Guerra
Mundial. Historia completa. Akal. Madrid. 2003.
Jürgs, Michael. Der Kleine Frieden im Groβen Krieg. Pantheon. München. 2018.
Kipling, Rudyard. The
Irish Guards in The Great War. Vol. 1. McMillan and Co. London. 1923.
Zweig, Stefan. El mundo de ayer. Memorias de un europeo. Acantilado. Barcelona. 2020.









