Retales de Historia

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miércoles, 15 de diciembre de 2010

La Dama Blanca

Una antigua leyenda de los Habsburgo habla de la aparición de un fantasma cada vez que se aproxima el final de un miembro de la familia. Se trata de una mujer que lleva puesto un vestido blanco, que camina como si estuviera flotando en el aire y que no tiene ningún problema a la hora de atravesar las puertas cerradas. Esta Dama Blanca, como así se la llamó, se apareció ante Carlos I de España y V de Alemania cuando murió en el Monasterio de Yuste (Cáceres) en 1558.

Carlos I de España y V de Alemania. El retrato que vemos es una copia que hizo Rubens en 1603 del original realizado por Tiziano en 1548, y que hoy se encuentra desaparecido. La copia del cuadro de Tiziano se encuentra en el Museo Histórico Alemán de Berlín. Foto de AKG/Álbum.

También se dice que se la vio cuando Felipe III de España (nieto del anterior) murió en el Alcázar de Madrid, en 1621. Carlos VI -Carlos III cuando aspiraba al trono español- vio al espectro en Viena, en 1740. Francisco Esteban de Lorena, marido de María Teresa de Austria, se dio con ella de sopetón (con el fantasma, no con su mujer) en el Palacio Imperial de Innsbrück en 1765, e inmediatamente después falleció. María Antonieta la vio en las Tullerías (París), cuando esperaba para ser guillotinada (1792) durante la Revolución Francesa.

María Antonieta. Trabajo de Marie-Louise-Élisabeth Vigée-Lebrun, efectuado en 1778


Leopoldine, futura cuñada de Napoleón I, la vio cuando su madre, María Teresa de las Dos Sicilias estaba agonizando (Viena, 1807). Los títulos de rey de Roma, duque de Reichstadt y príncipe de Parma que tenía “Napoleón II” apodado el Aguilucho, pero más conocido por ser el hijo de Napoleón I y María Luisa de Habsburgo, no impidieron que se le apareciera la buena señora en Schönbrunn, muriendo en 1832.

Duque de Reichstadt. Grabado de origen desconocido


No consta que cuando murió el archiduque Rodolfo -heredero de Austria-Hungría- en 1889 se le apareciera la Dama Blanca, pero si la vieron un criado del archiduque y unos campesinos cuando el espectro rondaba por los jardines que rodeaban el pabellón de caza, aunque según Le Figaro se le apareció poco antes.

Archiduque Rodolfo de Habsburgo-Lorena, príncipe heredero de Austria, Hungría y Bohemia, con el uniforme de gala del Regimiento de Húsares. Fotografiado por Károly Koller en 1887

Y, cómo no, también se le apareció a Sissi en Montreaux once días antes de ser asesinada en Ginebra el 10 de septiembre de 1898 por Luigi Lucheni.

Asesinato de Sissi en Ginebra. Grabado del siglo XIX. Autor desconocido


Se dice que Sissi, emperatriz de Austria-Hungría, que llevaba en su sangre el gen de la locura de los Wittelsbach, sintió la presencia de la Dama Blanca cuando murieron su hija Sofía a consecuencia del tifus (Budapest, 1857), cuando los revolucionarios de Juárez fusilaron a su cuñado Maximiliano I de México (Querétaro, 1867), cuando murió su primo Luis II de Baviera -el rey loco- murió ahogado en el lago Starnberg (Baviera, 1886); su hermana la duquesa de Alençon, murió a consecuencia de un incendio en un bazar de caridad (París, 1897)… No sabemos si la Dama Blanca dejó de molestar a los actuales Habsburgo o si éstos caminan mirando al suelo para no verla. Qué familia.

Bibliografía

Antonio Feros. El Duque de Lerma: realeza y privanza en la España de Felipe III. Marcial Pons. 2002.

Brigitte Hamman. Sisi, emperatriz contra su voluntad. Editorial Juventud. 1996.

John Lynch. Carlos V y su tiempo. Editorial Crítica. 2000.

Stefan Zweig. María Antonieta. Mondadori.

3 comentarios:

  1. Jolín, ¡qué interesante! Me alegra que saques a colación a Sissi, lo digo por tu nick, porque...¿es un nickname, verdad?

    Saludos desde el sur

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  2. La segunda parte de mi nombre es de origen alemán, y buscando algo diferente como nickname pensé en utilizar mi nombre en alemán; me puse a rebuscar entre las dinastías alemanas y dí con Ludovika von Wittelsbach, la madre de Sissi, aunque lo normal es encontrarla como Ludovica de Baviera. Ya hablaré más veces de los Wittelsbach, dan mucho de sí.

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