Hoy
vamos a hablar de una mujer transgresora. Aunque sin llegar a formar parte del
Grupo de Bloomsbury, fue muy cercana a él, llegando a marcar más diferencia con
el resto del mundo que ellos mismos. Se trata de la pintora y decoradora
Carrington.
Dora Carrington |
Dora de
Houghton Carrington nació el 29 de marzo de 1893 en Hereford (Inglaterra),
durante el mandato de la reina Victoria. Sus padres eran Samuel Carrington y
Charlotte Houghton. Adoraba a su padre, no así a su madre, a quien no tenía
mucho aprecio por su estrechez de mente.
Realizó
sus estudios secundarios en Bedford. Su familia apoyó su talento por el dibujo
pagándole clases privadas. Esta formación se vio recompensada cuando Dora fue
becada para estudiar en la Slade School of Art, situada en Londres. Ahí estará
hasta 1914 y, a decir verdad, es que tiene mucho éxito entre sus compañeros
masculinos. Su paso por este centro marca el inicio de una época en la que, al
no gustarle "eso" de Dora, se hará llamar solamente Carrington.
Mark Gertler |
Pero,
como suele ocurrir cuando la vida tiene un punto de escándalo, aunque
Carrington tenía un talento desbordante, todo lo que hizo se vio eclipsado por
lo llamativo que resultó ser su vida privada. Tuvo romances con gente próxima o
perteneciente al Grupo de Bloomsbury: el pintor Mark Gertler, quien le acercó
al grupo, el escritor Gerald Brenan y Henrietta Bingham, hija de un embajador.
Hasta que, un día de 1915, Carrington se encontró con otro miembro del grupo:
Lytton Strachey, escritor y homosexual, pero el amor de su vida.
Gerald Brenan |
Tres
años más tarde, Carrington conoce a un amigo de su hermano Noel, el mayor Ralph
Partridge, que luchó en la Primera Guerra Mundial. Contraen matrimonio en 1924.
No debería sorprendernos si decimos que la nueva pareja se llevaron a vivir con
ellos a Strachey, que estaba enamorado de Ralph. Carrington nunca usó el
apellido de su marido. Parte de la rutina de la rutina de Carrington consistía
en pintar mientras Strachey le enseñaba literatura, y cuando Lytton viajaba,
enviaba innumerables cartas a su amada-pupila-hija.
Lytton Strachey, por Carrington (1916). National Gallery |
En 1931
Strachey es diagnosticado de cáncer de estómago. Cuando Carrington se entera de
la imposibilidad de salvarse de su amado, intenta suicidarse con el monóxido de
carbono que desprende su coche, pero su marido lo evita a tiempo. Strachey murió
el 21 de enero de 1932, pero Partridge ya no pudo evitar el declive definitivo
de Carrington, que se pega un tiro, muriendo en Newbury el 11 de marzo de 1932,
a la edad de 38 años.
Como le
pasó a muchos otros artistas, el reconocimiento a su obra fue póstumo, aunque
quizás ello se debió en parte a ella misma, ya que no solía firmar sus obras y
tampoco exponía. Trabajó sobre muebles, tejados y vajillas. Pintó paisajes,
retratos y fue decoradora de casas, su principal fuente de ingresos. Sus
principales modelos fueron personas próximas al Grupo de Bloomsbury,
especialmente su amado Lytton.
De izquierda a derecha, Dora Carrington, Saxon Arnold Sidney-Partner, Ralph Partridge y Lytton Strachey |
Hace
ilustraciones para la editorial de los Woolf, y la casa en la que vivió con
Partridge y Strachey la decoró con frescos. Carrington prefería regalar su
trabajo a venderlo, por eso no hizo demasiado dinero, cosa que se vio
compensada por un patrimonio que le dejó Lytton a su muerte. Carrington fue
redescubierta en los años 70, cuando son publicados sus diarios y parte de la
correspondencia que mantuvo con otros artistas y escritores.
Dora Carrington, autorretrato |
Si bien
Carrington hacía un arte poco innovador, no podía decirse lo mismo de su
apariencia, muy poco habitual en una mujer de su época. Llevó un corte de pelo
que se consideraba varonil (espantoso, al menos), lo que no impidió, como
dijimos antes, gustarle mucho a los hombres. Esto llamó la atención a pesar de
ser una época, el periodo de entreguerras, que empujaba a la gente a vivir como
si nunca más fuera a pasar nada malo en sus vidas.
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