Hoy voy a hablar de uno de esos artistas cuya música te encuentras un día como si fuera un maravilloso regalo. Trabajó el folk y el rock, y sabía tocar la armónica y la guitarra. Sólo vivió 30 años, pero dejó una música preciosa que vale la pena recordar: se trata de Jim Croce.
James Joseph Croce, hijo de inmigrantes italianos, nació en South Philadelphia (Pensilvania, noreste de los Estados Unidos) el 10 de enero de 1943, el mismo año que George Harrison o Mick Jagger.
Tiempo después de la secundaria, Croce fue a la Universidad Villanova donde estudió Psicología. Mientras estuvo estudiando en Villanova, allá por los años 60, es cuando Croce empieza a disfrutar del blues, el folk y el rock. Estuvo en varios grupos que actuaban en locales universitarios, y también hace de disc-jockey en una emisora de radio que había en la Universidad.
Va y viene a Nueva York, meca de artistas en la costa este. No tiene mucha suerte, pero conoce a la que sería su mujer, Ingrid Jacobson, con quién formó un dúo, cantando temas de Joan Baez y Gordon Lightfoot entre otros. También se animaron a cantar temas del propio Croce, como Spin Spin Spin.
Tiempo después de la secundaria, Croce fue a la Universidad Villanova donde estudió Psicología. Mientras estuvo estudiando en Villanova, allá por los años 60, es cuando Croce empieza a disfrutar del blues, el folk y el rock. Estuvo en varios grupos que actuaban en locales universitarios, y también hace de disc-jockey en una emisora de radio que había en la Universidad.
Va y viene a Nueva York, meca de artistas en la costa este. No tiene mucha suerte, pero conoce a la que sería su mujer, Ingrid Jacobson, con quién formó un dúo, cantando temas de Joan Baez y Gordon Lightfoot entre otros. También se animaron a cantar temas del propio Croce, como Spin Spin Spin.
Siguiendo el consejo del productor musical Tommy West, en 1968, Jim e Ingrid Croce se van a Nueva York para grabar su primer disco. Los siguientes dos años, viajaron a lo largo de 480.000 km, cantando en tugurios para promocionar Jim & Ingrid Croce.
La aventura no salió bien y la pareja regresó a Pensilvania y vendió todas sus pertenencias para poder pagar las deudas, incluso la colección de guitarras de Jim, menos una, que fue la que utilizó para seguir componiendo mientras trabajaba de camionero. De esta época es Time in a bottle, dedicada al hijo de ambos, y también en estos días halla su inspiración Operator. Croce compagina su actividad de transportista con la de cantante, pues las canciones que compone las canta en establecimientos que encuentra en la ruta.
A partir de 1970, Croce empieza a trabajar con Maury Muehleisen, guitarrista y pianista y, de hecho, es el otro guitarrista que aparece con él en sus actuaciones. La influencia de Muehleisen es fundamental para darle impulso a la carrera de nuestro compositor, lo que podemos apreciar cuando Croce tiene 27 años, y en 1972 graba You don’t mess around with Jim, trabajo donde también encontramos Operator y Time in a bottle. Poco a poco, pasan de actuar en lugares pequeños a lugares mucho más grandes, y no se limitan a Estados Unidos, sino que llegan a viajar a Europa.
Pero tampoco es tanto lo que ganan, así que Ingrid, que se había quedado al cuidado de la granja que tiene la pareja en Lyndell (Pensilvania), le pone las cartas sobre la mesa porque están muy justos y hay que poner los pies sobre la tierra, y para apaciguar los ánimos, Jim le compone I’ll have to say I love you in a song.
En 1973, sale a la venta Life and times, su segundo disco, del que destaca Bad, bad Leroy Brown, quizás la canción más alegre de su carrera. A este trabajo le sigue el tema I got a name, dentro del álbum del mismo nombre. Jim sabe aprovechar el momento y se vuelca en una gira promocional, viajando de un lado para otro.
El 20 de septiembre de 1973, Jim tenía un concierto en Louisiana, en el Prather Northwestern State University en Natchitoches Coliseum, y al acabar tenía planes de viajar a Texas en avión como parte de la gira para promocionar el nuevo álbum. Iba acompañado de su guitarrista, Maury Muehleisen. Problemas en el despegue hacen que el avión se estrelle en el único árbol que hay cerca de la pista. No queda claro si fue que el avión no consiguió ganar altura o si fue que al piloto le dio un infarto, pero la utopía se truncó. Al día siguiente el álbum I got a name sale a la venta.
El éxito de Jim Croce radicaba en canciones sobre cosas que podía sentir o vivir cualquier persona; sobre el trabajo, los recuerdos, el amor… Persiguió su sueño y lo alcanzó, aunque ello le costara la vida. Se hizo un hueco en la música y en nuestros corazones.
Realmente, me ha parecido una entrada muy bonita, sencilla y muy agradable para leer, ver y oír.
ResponderEliminarMe sonaba mucho la canción "I got a name", pero no sabía que fuera de este cantante.
Una lástima que muriera tan joven, porque parecía que había encontrado, por fin, el camino correcto para triunfar.
Muchas gracias por tu entrada y saludos.
Gracias por tus comentarios, Aliado. la verdad es que cada verano redescubro un artista al que tenía medio olvidado: este año la ha tocado a Jim Croce.
EliminarLa verdad es que me encanta. Es uno de esos artistas a los que oyes y, simplemente, hacen que te sientas bien. Y debo confesarte que uno de mis sueños es poder tocar con la guitarra, se entiende que bien, su música.
Desde luego junan, es uno de estas personas que no triunfan injustamente. Es una tremenda lástima que se haya marchado tan joven
EliminarGracias por tu honenaje a Jim. Yo lo descubrí por casualidad y me parece un regalo del cielo. Gracias por homenajear a un grande. Saludos, Toni.
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