El miércoles 25 de mayo de 1938, a las 11.18 de la
mañana, nueve aviones italianos del bando sublevado de la guerra civil española
lanzan noventa bombas sobre Alicante, siendo especialmente afectado el Mercado
Central, repleto a esas horas por la gente que estaba haciendo la compra.
Aunque el primer bombardeo que cae sobre la ciudad, el de las 8 horas, tiene lugar el 5 de noviembre de 1936, la inmensa mayoría de ellos suceden en la primavera y el verano de 1938. Tampoco hay que olvidar que José Antonio Primo de Rivera es encarcelado en la Prisión Provincial de Alicante por animar al golpe del 18 de julio, siendo por ello ejecutado el 20 de noviembre de 1936. Esto hace que los alicantinos sean vistos por muchos como cómplices morales de su muerte. Al mismo tiempo, la aviación fascista italiana tiene Mallorca como base de operaciones para lanzar bombas en la zona de Levante, por eso Alicante es, en 1937, bombardeada continuamente, y 1938 es el año en que sufre más agresiones de ese tipo, llegando a 600 edificios destruidos al término de la guerra.
Mercado Central de Alicante, 1923. Foto obtenida de la Alicantepedia |
Levantado en la Avenida de Alfonso X el Sabio, el
Mercado Central de Alicante se terminó de construir en 1922. Se decoró con
componentes modernistas, siendo ideado por el arquitecto Francisco Fajardo
Guardiola. El bombardeo del 25 de mayo de 1938 está dentro del plan de terror
del bando sublevado en el área de influencia del Mediterráneo y Levante. A las
8.10 de ese día, los capitanes de Prato y Zigiotti, pertenecientes a la
aviación fascista italiana, se ponen al mando de 9 aviones Savoia S-79 Sparviero
(gavilán) y despegan desde Mallorca, llegando a Alicante a las 11.18. Durante
15 minutos, y en dos pasadas, se hicieron explotar 90 bombas sobre el Mercado
Central de la ciudad y otros edificios, como aquel en el que se alojaban las
rotativas del diario republicano El Luchador (icono alicantino sito en
la actual calle San Francisco, antigua Ángel Pestaña) y cincuenta
construcciones más.
Aviones Savoia Marchetti SM 79 Sparviero. Foto obtenida de la Alicantepedia |
Se habla de un espectáculo infernal posterior al
ataque: «Vi cadáveres destrozados (…). Estaba en Correos cuando comenzó la
pesadilla. Me desplacé al mercado para ayudar en lo que pudiera y me quedé
paralizado de horror. Entre varios, trasladamos algunos heridos a la Casa de
Socorro, pero ya no había sitio para más. Hasta las aceras próximas se
hacinaban los moribundos, entre gritos de dolor y espanto».
¿Cómo fue posible que tuviera lugar semejanza matanza?
No sonaron las alarmas antiaéreas porque los aviones esquivaron las escuchas
que estaban orientadas al mar, en el puerto y en la playa del Postiguet, dando
un rodeo por Santa Pola, situada a 19,2 km al suroeste de Alicante. Testigos de
la tragedia cuentan que la segunda descarga estropeó el reloj del mercado,
dejando de funcionar y recordando para siempre la hora de la matanza. También
contribuyó que población afín al bando sublevado había hecho correr la voz de
que había llegado un gran cargamento de sardinas y también de alcachofas, y
aquella gente que pasaba hambre por la escasez de la guerra no dudó en hacer
cola para coger algo que llevarse a la boca. Después del bombardeo, las mismas
carretas que sirvieron para llevar las sardinas sirvieron para llevarse los
cadáveres de las víctimas. Murieron sobre todo ancianos, mujeres y niños, la
gente que va a la compra porque no tiene que ir a trabajar fuera de su casa.
Vista aérea del Mercado Central bombardeado, 1938. Foto obtenida de la Alicantepedia |
¿Qué motivos llevaron a bombardear el mercado y,
además, en una hora de mayor afluencia de público? Según el historiador Pablo
Rosser, «porque es un objetivo civil: se busca hundir la moral de la población
y causar el mayor número de víctimas».
Y hablando del número de víctimas, los cálculos no son
nada precisos. En el Registro del Cementerio Municipal figuran 275 muertos, a
los que habría que sumar las bajas de otras poblaciones; en el Archivo
Municipal de Alicante, 393. Según información recabada por Vicente Gozálvez
Pérez «las víctimas directas de la guerra civil en la provincia de Alicante
serían un total de 1.389 entre 1937 y 1940. A las cifras anteriores hay que
añadir las inscripciones diferidas de muertes». En un día más de la quinta
parte del total.
En cuanto al número de heridos, se cree que pudieron
ser unos 1.000. Casi todas las víctimas fueron sepultadas en fosas comunes en
el Cementerio Municipal de Alicante, donde los mandos franquistas pusieron una
inscripción recordando el «fatal accidente». Mucha gente huyó de la zona, la columna
del miedo, lo que hizo que se tuviera que presionar a los trabajadores de
determinados sectores para que la ciudad siguiera funcionando.
Ruinas ocasionadas por el bombardeo. Foto obtenida de la Alicantepedia |
Pese a todo, este no fue el ataque aéreo de la guerra
civil más recordado sino el de Gernika (26 de abril de 1937), mucho más
conocido que otros por la publicidad que dio al mismo el cuadro que pintó
Picasso, aunque se cree que en la localidad vasca murió mucha menos gente. La
noticia acerca del impactante suceso ocurrido sobre la ciudad levantina el 25
de mayo de 1938 traspasó las fronteras, pero al terminar el conflicto el
franquismo impuso borrar la memoria de la tragedia.
De todos modos, el eco de lo sucedido llegó hasta
Francia y el Reino Unido. En Francia, se dijo que la ciudad se había
bombardeado sistemáticamente para socavar la moral de la población. En el Reino
Unido, se organizó la tarea de hacer averiguaciones in situ tres meses
después de la masacre. Se concluyó que fue un acto preconcebido. El Vaticano
disgustó a Franco con la condena que hizo de la agresión. Este tipo de actos se
convirtieron en algo normal y dejaron de llegar condenas del extranjero.
A pesar de los esfuerzos en contra, la tradición oral
prevaleció para mantener la memoria, pero no fue hasta 2013 en que se inauguró
un monumento en la Plaza del 25 de mayo, que está en la parte de atrás del
Mercado Central. Se trata de una obra de Elena Albajar formada por varias
placas de aluminio que simbolizan a los aviones que soltaron la devastación
sobre la ciudad.
Monumento en recuerdo de las víctimas |
El último bombardeo que sufrió Alicante tuvo lugar el
28 de marzo de 1939, cuatro días antes del final de la guerra civil.
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